En el corazón
-Casi siempre intento imaginarte en los casi nunca y me encuentro con que tal vez no seas tan algodón de azucar, ni pegajosa ni sabor que empalaga. Sí, ya lo sé, me sumerjo en analogías estúpidas para hacer creíble esta situación falsa. Está más que claro, vos no tenés nada que ver con los algodones de azucar. Sigamos caminando, simplemente estaba pensando en voz alta. -Aunque de esas caminatas tampoco surgía nada que lo llene de dicha, fantasía; felicidad que le dicen. Entonces sentábase en algún banco, en alguna vereda, y sin mucho más que un sombrero se protegía de la suerte que le caía cual diluvio en la nuca y le chorreaba fatidicamente por la sien.
[Migue]
[... /... / ...]¡Cachengue!