La Revuelta

Y vas a desear más, vas a desear tener un cajón lleno de negros con abanico. También te verás en la encrucijada de creerte poderoso y no saber si los demás lo admiten. Darás mil fiestas y copetines a la moda. Necesitarás una caja fuerte. Necesitarás una doña que cocine tus deliciosas elecciones. Necesitarás más: un abrigo importado, un automóvil último modelo, seguridad. ¡¡¡Seguridad!!! Parar creer que el mundo gira a tu alrededor, para cuidar tu pomposo culo repleto de pelos dorados.
Escupirás en el rostro de los jóvenes, harás que ardan los paladines de la justicia, y no hablo de los mamarrachos internacionales sino de aquellos que sangran ternura en cada herida.
Moldearás mentes a tu gusto, reclutarás afines. Uno por uno con papeles perfectamente impresos.
También podrías repartir una pequeña porción, no hace daño a nadie y el carisma es un arma importante. Lo harás. Reirás, nadarás en tu piscina de diamante, cantarás odas al dinero, lavarás tus manos en petróleo.
Contarás cada cobre con minuciosa perversidad, y no me cabe duda, creerás que no es suficiente. Saldrás a la guerra montado en un espléndido corcel de porcelana, con tu espada y tu locura de Quijote a la inversa. Y millones de molinos agacharán la cabeza, es tan triste, lo harán.
Luego te veremos en tu altar de rey, misógino y clasista, portador de la voz única. Con tu globo terráqueo en la mano libre de mentiras nos venderás fronteras y retendrás la carcajada, nos venderás democracia y pensaremos “somos libres”, nos darás cientos de falsos argumentos y festejaremos el campeonato del mundo.
Todo eso tendrás, todo eso tendremos, vos por ahora esperá tu turno, nosotros mientras tanto preparamos la revuelta.


[Miguel Parra]
[Algún día de 2006]






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